¡Hola buenos días!
Hoy es el Día Internacional de la Niña. Es una pena que tengamos que tener estos días internacionales y esperemos que pronto dejen de tener sentido y se conviertan en un recuerdo. Eso significará que las niñas por fin acceden a la Educación con las mismas oportunidades que los niños, que tienen la misma seguridad que ellos y que, en definitiva, se ha dado un paso más para erradicar esta desigualdad.
Desgraciadamente hoy estamos aún muy lejos de ésto y por ello es necesario que, al menos un día al año, las niñas tengan voz.
El lema elegido desde la ONU para este año es:
El cumplimiento del derecho de las niñas a la educación es, ante todo, una obligación y un imperativo moral. También hay pruebas abrumadoras de que la educación de las niñas, sobre todo en el nivel secundario, es una poderosa fuerza que transforma a las sociedades y a las propias niñas; es un elemento positivo que permanece constante en casi todos los resultados previstos para el desarrollo, desde la reducción de la mortalidad y la fecundidad hasta la reducción de la pobreza y el crecimiento con equidad, el cambio de las normas sociales y la democratización.
Si bien ha habido avances significativos en la mejora de acceso de las niñas a la educación en las últimas dos décadas, muchas niñas, especialmente las más marginadas, siguen estando privadas de este derecho fundamental. Las niñas de muchos países siguen sin poder asistir a la escuela ni terminar sus estudios debido a obstáculos relacionados con la seguridad, la financiación, las instituciones y la cultura. Incluso cuando las niñas van a la escuela, la percepción de un rendimiento insuficiente debido a la mala calidad de la educación, las aspiraciones reducidas, o las tareas domésticas y otras responsabilidades, les impiden asistir a la escuela o lograr resultados adecuados en materia de aprendizaje. Todavía es necesario lograr el potencial transformador de las niñas y las sociedades que promete la educación.
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