jueves, 5 de diciembre de 2013

Niños y nuevas tecnologías... ¿compatibles?

Ya estamos a jueves y encima víspera de fiesta ¡no podemos pedir más!

Este fin de semana largo seguro que vuestros peques os piden jugar un poquito con la tablet o el smartphone. ¿Es correcto que lo hagan? ¿Es peligroso?

Os transcribimos un interesantísimo artículo que hemos encontrado al respecto.





Del Blog de Luis Amador, publicado el 30 de octubre de 2013

Dispositivos móviles para niños: consejos de uso.

Cada día es más habitual ver a los niños con dispositivos móviles en sus manos y, si bien este tipo de dispositivos pueden ser muy útiles para su educación o el juego, al tratarse de menores es nuestra obligación tener en cuenta ciertas precauciones.

¿Qué tableta es la más adecuada?
Cuando hablamos de dispositivos móviles que serán usados por menores, deberíamos tener en cuenta dos aspectos totalmente diferentes, pero complementarios entre sí: el hardware (la propia tableta o smartphone) y el software (las aplicaciones y su Sistema Operativo). Ambos son importantes, pues el primero no sólo estaría relacionado con el rendimiento, sino también con su ergonomía y resistencia (fundamental para el caso de los más pequeños), mientras que el segundo estará más relacionado con la productividad y versatilidad del dispositivo.
Aunque existen diversas tabletas que han sido concebidas específicamente para niños y que no son “de juguete” (un segmento de mercado que ha crecido muy rápidamente), desgraciadamente no es oro todo lo que reluce. Sólo algunas están realmente desarrolladas teniendo en cuenta el perfil específico de estos usuarios más jóvenes, adquiriendo especial importancia tanto su diseño, como las aplicaciones predeterminadas para ellos. Por otro lado, cuando los menores ya tienen más edad, estas tabletas ya no les parecen apropiadas a causa de su estética infantil, por lo que habría que sopesar otras opciones más orientadas a su manejo por adultos, con los inconvenientes que esto puede conllevar. Igualmente, si no es posible tener más de una tableta en casa, se debería poner especial cuidado en que ésta seaadecuada para cualquier tipo de usuario y edad.
Otra característica que debemos conocer es que, generalmente, la mayoría de las tabletas diseñadas para niños (e incluso algunas “normales”) tienen acceso a las aplicaciones sólo a través de tiendas específicas, con el inconveniente asociado de que a veces no será posible descargar algunas de nuestras Apps preferidas.
Tomando en consideración estas últimas cuestiones, en el mercado actual de los dispositivos móviles nos encontraremos que existen básicamente dos posibilidades: iOS (iPad) o Android. Puesto que iPad lleva algo más de tiempo en el mercado y tiene un gran número de seguidores, dispone de un importante listado de aplicaciones destinadas a los niños, aunque Android tampoco se queda corto. El gran inconveniente del iPad puede ser su fragilidad y el precio, pero es posible encontrar multitud de fundas diseñadas para ser manipuladas por los más pequeños, como iGuy Speck, Kensington SafeGrip o Griffin Crayola.
Si, por el contrario, buscamos un precio más ajustado, un entorno más abierto y mayores posibilidades de conectividad, la elección más acertada será Android. Puesto que existen muchos fabricantes que lo implementan, para elegir la mejor opción en cada caso concreto deberíamos centrarnos en algunos factores de los que veíamos antes. Ante todo habría que destacar la importancia de que soporte condiciones de uso extremas, y su utilización por parte de cualquier miembro de la casa.

¿Prohibir o controlar? Mejor educar

Es cierto que existen determinados riesgos para los menores cuando emplean Internet o utilizan ciertas aplicaciones; e incluso un excesivo tiempo de uso no es nada recomendable, pero ello no significa que debamos prohibirles el acceso a estos dispositivos, pues por cada riesgo existe una ventaja (si no más) que lo hace útil para el desarrollo intelectual y social del menor. Serán fundamentales, entonces, tanto la educación en su uso como el debido control por parte de los padres y el resto de educadores.
Debemos ser conscientes de que, tanto Internet como las aplicaciones a las que hacíamos referencia antes, posibilitan el acercamiento a toda la cultura y conocimientos del ser humano, permitiendo la aproximación del menor a múltiples recursos de forma intuitiva y amena. Sin embargo, todo ello debe realizarse de forma controlada y debidamente guiada por los educadores (padres, profesores, etc.).
Si, para nuestra tranquilidad, centramos la atención exclusivamente en la prohibición mediante el uso de filtro de contenidos y la instalación de programas de control parental (que, lamentablemente, nunca son efectivos al 100%), estaremos abocados al fracaso. Esto será así porque no todo el mundo los usa o sabe implementarlos, y habrá momentos y lugares donde los menores no dispongan de esos controles y, con un sentimiento de “libertad”, estén tentados de acceder a lo que les ha sido vetado (por ejemplo en casa de sus amigos o de familiares en las que no existan este tipo de sistemas de control).
No obstante, se tratará de herramientas muy útiles que debemos tener en cuenta y saber gestionar, puesto que serán un buen complemento de la educación (aunque, recordemos, no una solución).

La educación en privacidad

Siempre hemos enseñado a nuestros menores a no irse con extraños o a no hablar con gente que no conozca. Si bien esto suele ser norma en el “mundo real”, en el “mundo virtual” la realidad es bien distinta; desgraciadamente, en Internet también hay gente desconocida que busca establecer contacto con los menores con fines delictivos.
Quizás no seamos del todo conscientes de ello, pero al igual que educamos a nuestros hijos a cogernos la mano y mirar a ambos lados antes de cruzar la calle, no podemos “abandonar” a los menores a un uso indiscriminado de Internet sin la debida educación sobre sus posibles peligros y amenazas.
Así, los menores deben conocer los riesgos que conlleva facilitar datos personales a terceros o exhibirlos en Internet a través de distintas redes sociales u otros contextos similares. Al publicar estos datos (incluyendo fechas, vídeos, fotos, horarios, localizaciones, etc.), se estará expuesto a múltiples y variados peligros, como la suplantación de la identidad digital o el acoso, entre otros.

Los sistemas de control parental

Evidentemente, al ser conscientes de estos riesgos procuraremos buscar una solución para alejar a nuestros hijos de ellos. Recordemos de nuevo, aun a sabiendas de resultar pesados, que la mejor solución es la prevención mediante la educación. No obstante, y mientras realizamos este proceso de educación, podemos compatibilizarlo con determinados sistemas de protección destinados a impedir el acceso a contenidos no adecuados para los menores, aunque siempre debemos ser conscientes de que estas medidas no son infalibles al 100%.
De entre las múltiples aplicaciones de control parental disponibles en el mercado podemos recomendar las siguientes, sin ser una lista cerrada, ni mucho menos. Asimismo, si bien los enlaces refieren a la versión de Android, algunas de ellas también están disponibles para iOS:
  • Norton Family parental control: permite rastrear los sitios web visitados o que se intentan visitar, bloquear el acceso a sitios inapropiados y configurar alertas de correo electrónico personalizadas para recibir notificaciones en su versión gratuita. En la de pago se podrá tener control sobre los mensajes de texto o las aplicaciones, entre otras funciones.
  • Kaspersky Parental Control: aplicación que limita el acceso a sitios con contenidos inapropiados para menores, y que además dispone de un control de aplicaciones. Aún está en modo Beta, y por tanto es gratuita.
  • KidsCare: aplicación que permite controlar el acceso de los menores a aplicaciones inadecuadas, números erróneos o prohibidos, anuncios y publicidad para adultos, etc .
  • Control Parental Kytetime: permite  bloquear aplicaciones, establecer limitaciones por horarios a determinadas aplicaciones, localización por GPS en mapa, envío por correo electrónico de informes de actividad, control remoto desde el PC, etc. Gratuita por un tiempo determinado.
  • Qustodio Control Parental: con esta aplicación es posible vigilar múltiples niños y dispositivos al mismo tiempo, controlar la navegación y el bloqueo de páginas, establecer límites de acceso y cuotas de uso, e incluso controlar el uso y bloqueo de aplicaciones. Algunas opciones sólo están disponibles en la versión Premium.
  • NetAddictMob Control Parental: limita los tiempos y horarios, y permite elaborar un listado de Webs bloqueadas. Además es capaz de enviar informes básicos de uso, aunque la versión de pago amplía esta información.
Como decíamos antes, no son las únicas, pero nos servirán como punto de partida para encontrar la que más se adapta a nuestras necesidades. Además, también existen otras que, aunque podrían entrar en la categoría de aplicaciones de control, su función principal es la de asegurarse de que el dispositivo que normalmente utilizan los padres pueda ser usado por los niños fácilmente en cualquier momento. Entre ellas, destacamos:
  • Modo Niños: permite crear un espacio seguro para que los niños puedan acceder únicamente a las aplicaciones y funciones que se establezcan. Además nos informa del uso de esta aplicación y nos puede enviar un correo semanal con el tiempo dedicado a cada tema concreto, los dibujos que ha realizado, enlaces visitados, etc. Es gratuita, aunque existe una versión de pago que dispone de más opciones y actividades.
  • KidBox: permite configurar los dispositivos móviles para su uso por parte de los niños; además dispone de contenidos educativos. Es gratuito, aunque hay una versión de pago con más prestaciones.
  • Kids Place: esta aplicación gratuita, aunque dispone de prestaciones similares a las descritas en el grupo anterior, también permite proteger el dispositivo de forma personalizada cuando lo usan los menores.

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